La Dracaena sanderiana, comúnmente llamada "bambú de la suerte", requiere un cuidado relativamente sencillo. Se puede cultivar tanto en tierra como en agua, prefiriendo luz indirecta brillante y un ambiente cálido y húmedo. Es importante evitar el riego excesivo y el encharcamiento, así como la exposición directa al sol.
Cultivo en tierra:
- Luz: Luz indirecta brillante, evitar la luz solar directa.
- Riego: Riego moderado, dejando que la tierra se seque parcialmente entre riegos.
- Temperatura: 18-32°C.
- Humedad: Humedad media, puede beneficiarse de un aumento de humedad, especialmente en ambientes secos.
- Fertilización: Fertilizar cada 4-6 semanas con un fertilizante equilibrado para plantas de interior a la mitad de su concentración durante la temporada de crecimiento.
- Poda: Recortar hojas amarillentas o marrones.
Cultivo en agua:
- Luz: Luz indirecta brillante.
- Agua: Usar agua filtrada o destilada para evitar el cloro y el flúor.
- Cambio de agua: Cambiar el agua semanalmente.
- Fertilización: Fertilizar cada dos meses con un fertilizante líquido muy diluido.
- Modelado: Se pueden modelar los tallos a medida que crecen.
Otras consideraciones:
- Evitar el encharcamiento: Las dracaenas son susceptibles a la pudrición de las raíces si se encharcan.
- Reducir el riego en invierno: Reducir el riego en invierno cuando el crecimiento de la planta disminuye.
- Trasplante: Trasplantar cada 2-3 años o cuando las raíces se enreden en la maceta.
- Poda: Recortar las hojas amarillentas o marrones.
- Plagas: Aunque son resistentes a plagas, vigilar la presencia de cochinillas y araña roja.