Las plantas Aglaonema son relativamente fáciles de cuidar, especialmente para principiantes. Necesitan luz indirecta, riego moderado (dejar que el suelo se seque entre riegos) y un ambiente con humedad. También es importante usar un sustrato con buen drenaje y evitar el sol directo.
Luz:
- Las Aglaonema prefieren la luz indirecta brillante, pero también pueden tolerar la sombra parcial.
- Evita la luz solar directa, ya que puede quemar las hojas.
- Si observas que las hojas pierden color o vitalidad, prueba a mover la planta a un lugar más iluminado.
Riego:
- Deja que la capa superior del suelo se seque entre riegos.
- Riega a fondo cuando el suelo se seque, permitiendo que el exceso de agua drene.
- En invierno, reduce la frecuencia de riego.
Humedad:
- Las Aglaonema prefieren un ambiente húmedo.
- Puedes rociar las hojas con agua regularmente o usar un humidificador.
Sustrato y maceta:
- Usa un sustrato con buen drenaje para evitar que el agua se estanque.
- Puedes usar una maceta de barro o plástico con agujeros de drenaje.
Fertilización:
- Puedes fertilizar las Aglaonema una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera, verano) con un fertilizante equilibrado.
- Reduce la fertilización en otoño e invierno.
Otros cuidados:
- Limpia las hojas con un paño húmedo para eliminar el polvo.
- Si notas hojas amarillentas o caídas, verifica si la planta está recibiendo la cantidad adecuada de luz y riego.
- En caso de plagas, utiliza un insecticida adecuado.