La lavanda es una planta aromática que requiere pocos cuidados, pero necesita luz, riego y drenaje adecuados.
Luz
- Necesita al menos 6 horas de luz solar directa al día.
- Si está en un lugar con poca luz, puede debilitarse y secarse.
Riego
- Riega cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto.
- Evita el riego excesivo.
- En verano, riega una vez por semana.
- En invierno, reduce la frecuencia de riego.
- Evita mojar las ramas y las flores para que no se creen hongos.
Drenaje
- Si está en macetero, agrega gravilla o piedras en el fondo para que el agua escurra.
- Si está plantada en la tierra, preocúpate que el suelo sea arenoso.
Poda
- Realiza una pequeña poda para estimular el crecimiento de nuevas ramas y flores con el comienzo de la primavera o llegando el otoño.
- Puedes reducir hasta un tercio de la altura en las plantas más altas.
Sustrato
- Necesita un sustrato alcalino (o, lo que es lo mismo, con un pH elevado).
- Si el suelo es ácido, puedes compensar esa acidez con un sustrato específico o añadiendo cal para elevar el pH.