Las fresias son plantas bulbosas que necesitan luz, riego y un suelo bien drenado para crecer.
Luz
- Prefieren la luz solar brillante e indirecta
- Coloca la maceta en un lugar con luz solar parcial o completa
Riego
- Riega bien la tierra después de plantar
- Mantén el suelo ligeramente húmedo durante el período de crecimiento
- Evita el riego excesivo para prevenir la pudrición de los bulbos
- Si las hojas de tu fresia se ponen amarillas, reduce la frecuencia del riego
Suelo
- Prefieren un suelo bien drenado y rico en nutrientes
- Adapta a una amplia gama de suelos
Protección
- Necesitan protección contra los vientos fuertes
- Evita que los bulbos se pudran por el frío y la humedad
Plagas y enfermedades
- Inspecciona regularmente las plantas de fresia en busca de signos de actividad de plagas
- Fomenta los depredadores naturales, como mariquitas y crisopas
- Mantén una buena higiene del jardín
- Considera el uso de jabones insecticidas o aceite de neem
Almacenamiento
- Los bulbos deben recolectarse y conservarse en un lugar seco y fuera del alcance de la luz solar