El Philodendron misionero es una planta que necesita un ambiente fresco, luminoso y con humedad equilibrada. Para cuidarla, puedes seguir estos consejos: 

Riego

• Riega la planta cuando la capa superior del sustrato esté seca. En verano, puedes regarla cada dos días, y en otras estaciones, cada 4 o 5 días. Evita el riego excesivo, que puede pudrir las raíces. 

Luz

• Coloca la planta en un lugar con luz indirecta brillante, como junto a una ventana que recibe mucha luz pero sin sol directo. 

Sustrato

• Utiliza un sustrato humífero, suelto y bien drenado. 

Humedad

• Pulveriza las hojas de la planta con agua de lluvia o sin cal una o dos veces por semana. 

Limpieza

• Limpia las hojas con jabón potásico y aceite de neem cada 15 días para prevenir plagas y darles brillo. 

Regado por inmersión

• Si el sustrato está totalmente seco, puedes regar la planta por inmersión. Coloca la maceta en una bandeja con agua filtrada o destilada y déjala unos 20/45 minutos a remojo. 

En exteriores, el Philodendron misionero necesita estar resguardado del sol directo en los días más calurosos de primavera y verano.